sábado, 1 de febrero de 2025

Análisis de Los Crisantemos. John Steinbeck

 



¿Cómo se puede decir tanto con tan pocas palabras?

Apenas 55 páginas, ilustraciones incluidas, son más que suficientes para exponer de forma muy inteligente los anhelos, las carencias y la realidad de una mujer que descubre que está viviendo una realidad que no le gusta.

No en vano este es uno de los relatos cortos más celebrados de John Steinbeck por su belleza y simbología. En esta edición de Nórdica Libros hay que resaltar además las maravillosas ilustraciones de Carmen Bueno, que colaboran notablemente a disfrutar de este pequeño gran libro.

Es esta una lectura que se disfruta y se agota en un suspiro, pero que invita a la relectura en cualquier momento.


Sinopsis (Contiene todos los spoilers que te puedas imaginar)

Es muy difícil hacer un resumen de esta historia sin destriparla, así que ya puestos mejor meterse en el barro hasta las rodillas.

Elisa Allen, la protagonista, es una joven esposa que vive con su marido, Henry, en un rancho en California. Su mayor entretenimiento es cuidar de su jardín y cultivar unos maravillosos crisantemos que son su orgullo y su pasión. Aunque el marido menosprecia esta actividad porque no es productiva y le echa en cara que no ponga el mismo empeño en cultivar el huerto, ella es plenamente feliz con sus plantas.

O eso cree.

Porque un día llega un buhonero en su carreta en busca de algo que arreglar para ganarse unos centavos. Ella al principio rechaza sus servicios. Pero entonces él, con mucha vista, demuestra gran interés por los crisantemos y su forma de cultivo. Elisa le da muchos detalles sobre los cuidados que requieren. La atención que el hombre le presta le hace sentirse importante porque por fin alguien la escucha y valora su trabajo.

El buhonero, para seguir ganándose su confianza, le pide entonces un esqueje con la excusa de llevárselo a una clienta que vive más adelante y ella, encantada, se lo entrega bien preparado en una maceta con indicaciones para que llegue en las mejores condiciones a su destino. 

A lo largo de la breve conversación que entabla con el buhonero, quien representa para ella la libertad por su forma errante de vivir, Elisa va tomando conciencia de la mujer que late en su interior (apasionada, soñadora, valiente) y la mujer que es en realidad, con su vida simple y monótona . Esto le hace cambiar la percepción de sí misma y de pronto se siente fuerte, decidida y dispuesta a cambiar . Más animada, rebusca unas viejas cazuelas para que el buhonero se las repare y así pagarle por sus servicios.

Un poco más tarde, con la autoestima fortalecida, Elisa se prepara para salir con su marido, que va a llevarla al cine y a cenar. Se arregla, se ve guapa,  y se siente con ganas de comerse el mundo esa noche. (¡Esa Elisa!, claro que sí) 

El marido nota un cambio en ella, "Pareces distinta, fuerte y feliz". A ella le halaga que la considere fuerte."Sí, soy fuerte -se ufanó-. Nunca había sabido lo fuerte que soy hasta ahora".

Sin embargo, de camino a la ciudad divisa con asombro tirados en la carretera los esquejes de crisantemo que le había dado al buhonero, que una vez conseguido su objetivo de sacarle unos centavos, se ha deshecho de las plantas (aunque se ha quedado con la maceta).

Elisa se siente defraudada y engañada. Con gran abatimiento se resigna a que esa noche que iba ser el principio de su nuevo YO, al final sea solo una noche más, una cena más, haciendo lo mismo de siempre en una rutinaria vida que no es tan fácil cambiar.

"Se subió el cuello del abrigo para que él no viera que estaba llorando débilmente: como una mujer vieja".




 


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