jueves, 13 de enero de 2011

"Un viajante" (Alejandro Fernández Aldasoro)

El publicista vizcaíno afincado en Guipúzcoa, Alejandro Fernández Aldasoro (Bilbao, 1970), ha elegido una historia ambientada a finales de los setenta en plena transición de la dictadura a la democracia para debutar en la ficción literaria. A pesar de la época narrada, el paisaje político convulso casi no aparece en la novela. Porque la historia que se nos cuenta en Un viajante (Ttarttalo) es una tragedia íntima, la de un  representante de sastrería que ve como su mundo profesional y personal se derrumba sin remisión.

Lucio Egaña toma todos los lunes sus maletas cargadas de muestras, deja su casa, a su mujer y su hijo, se monta en su traqueteado Renault 8 y se lanza a las carreteras del norte, Euskadi y sus alrededores, a vender un producto que cada vez se compra menos. Son los tiempos en los que han aparecido los grandes almacenes –Galerías Preciados y El Corte Inglés-, que han permitido a la gente acceder a trajes confeccionados en serie, más asequibles y baratos. El viejo oficio de la sastrería está entrando en barrena.
Fernández Aldasoro retrata muy bien a los personajes. En dos pinceladas nos hace partícipes de sus
esperanzas y anhelos; de sus angustias vitales y sus miedos; de la presión que ejercen las convenciones sociales sobre ellos. También en dos pinceladas nos retrata poderosamente el ambiente en el que se desenvuelven: esas carreteras solitarias, esas viejas tabernas del café solo y la copa de MG, esas tiendas vetustas que tienen el aire de colmados, esas viviendas sin lujos hijas del desarrollismo. Y sobre todo, el escritor borda la figura de Lucio Egaña, un Hamlet de los setenta que se debate en la eterna duda sobre si actuar ó dejar que todo se arregle sólo, cuando sabemos que nada se endereza sin determinación. Un debut notable.


Fuente: Enrique Martín (eitb.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario