Cuanto más profunda es el agua, más feo es el pez. O cuanto más remueves la mierda, peor es el olor. Y exactamente eso es lo que pasa con esta historia, que según te vas adentrando en ella vas descubriendo todo lo que feo y triste que subyace en las vidas de las dos hermanas protagonistas.
Eddie y Mae son dos hermanas de 16 y 14 años, que tras el intento de suicidio de su desequilibrada madre se ven obligadas a vivir con su padre, un famoso escritor que las abandonó cuando eran muy pequeñas y con el que no han tenido contacto alguno desde entonces. Cada una de ellas afronta esta situación de diferente manera, lo que les lleva a enfrentarse y distanciarse saliendo a relucir los celos y sentimientos de culpa.
La historia está narrada desde el punto de vista de diferentes personajes que se van alternando, aportando en cada intervención nuevos aspectos que nos ayudan a reinterpretar los acontecimientos y el origen de los contradictorios sentimientos que tienen hacia el padre. Precisamente es el padre uno de los elementos más inquietantes y desconcertantes del libro. Y no quiero explicar más para no destripar la historia.
Es un libro que ahonda en las complejas y dañinas relaciones de una familia desestructurada y marcada por la enfermedad mental, pero también toca otros temas como la lucha social, el racismo, la maternidad y el proceso creativo literario.
Las complejas personalidades de cada uno de los personajes (y no hay ni uno "normal") quedan muy bien reflejadas y perfiladas. En ese sentido es todo muy coherente y creíble,
Pese a lo profundo del tema y que así explicado pueda resultar demasiado denso o claustrofóbico, la lectura es muy ágil, pues cada capítulo se compone de varias intervenciones breves de los distintos personajes.
A mí me ha mantenido interesada hasta el final, llegando a empatizar con una de las hermanas a la que al principio no entendía.
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