jueves, 17 de enero de 2019

La tentación de ser felices. Lorenzo Marone



La tarea de elegir un nuevo libro en cuya lectura embarcarme suele resultar difícil muchas veces. Son tantos los que quiero leer, que cuando llega el momento no sé por cuál decidirme y al final puedo terminar escogiendo uno que ni siquiera estaba en mi lista.
Así ha ocurrido con este libro, "La tentación de ser felices". Normalmente la palabra "felicidad" en el título hace que salga huyendo (¡¡horror!!). La moda de ir buscando la felicidad a toda costa me resulta ya un poco cargante, así que suelo evitar ese tipo de lecturas en la medida de lo posible.

En cambio en esta ocasión tengo que decir que la novela no me ha resultado para nada ñoña, sino muy entretenida, llena de ternura, con toques de humor y mucha ironía. Se lee con gusto y facilidad y se termina con un sabor agridulce, pero con ganas de más, porque se hace realmente corta. No pensaba que me iba a gustar tanto.


Está repleta de frases dignas de ser subrayadas (yo no subrayo un libro jamás, salvo que sea de texto, pero sí que acostumbro a copiar en un cuaderno las frases que me gustan, y de aquí he copiado unas cuantas) y tanto el protagonista como el resto de personajes que traman esta historia resultan tan reales como la vida misma.
A lo largo de sus poco más de 250 páginas se dicen muchas cosas que todos pensamos pero que por ser políticamente correctos, muchas veces no decimos. Éste es el verdadero acierto del libro.

Como ha dicho la crítica, "es un libro que te toca el corazón, maravillosamente honesto, ingenioso, rápido y trágico. Nos enseña que nuestra felicidad depende en primer lugar de nosotros mismos, y después de los demás. Al acabar el libro  dan ganas de comerse la vida a bocados."

Sinopsis:

Cesare Annunziata podría definirse sin demasiados miramientos como un viejo y cínico "tocapelotas". Con setenta y siete años, viudo desde hace cinco, y padre de dos hijos, Cesare ha decidido pasar de todo y de todos. Los pocos balances que hace de su vida están marcados por una feroz ironía, quizá por miedo a no poder seguir haciéndolos. Su existencia podría seguir su rumbo hasta su previsible y universal final entre vasos de vino con Marino, el viejecito neurótico de la segunda planta; las charlas no deseadas con Eleonora, la loca de los gatos del vecindario; y fogonazos de pasión carnal con Rossana, la enfermera madura que redondea sus ingresos con atenciones de pago a los viudos del barrio.
Pero un día llega a su edificio la joven y enigmática Emma, casada con un individuo siniestro con el que no parece tener nada en común. Cesare no tarda en darse cuenta de que en esa pareja hay algo que no funciona, y sin duda no se implicaría si no fuera por la silenciosa llamada de socorro que lanzan los tristes ojos de Emma… Los secretos que Cesare descubre sobre su vecina, pero sobre todo sobre sí mismo, conformarán la trama de esta novela formidable, capaz de dibujar un personaje en el que conviven, en alegre contradicción, el cinismo más feroz y la más profunda humanidad.

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