jueves, 28 de noviembre de 2013

Din dan don




Los turrones abarrotan los supermercados, las luces de las calles ya están colgadas y preparadas, el anuncio de la lotería, las colonias, los juguetes... Ya casi está todo preparado para la Navidad.

Aunque en muchos casos lo que nos falta es lo principal, la alegría, la ilusión.
Son tiempos difíciles éstos que estamos viviendo y hay muchísimas familias que este año no van a poder vivir la Navidad como quisieran.

Pero si intentamos darle la vuelta al "rollazo" que pueden llegar a ser estas fiestas, puede que lo sobrellevemos mejor:

- Si en la familia hay niños, ellos no tienen la culpa de nuestros problemas y no deberíamos transmitirles nuestro agobio. La Navidad es para ellos una época mágica y ojalá pudieran vivirla así por muchos años.



- No hace falta sumergirnos en una espiral de gastos desmesurados. Las opíparas (e indigestas) cenas, se pueden sustituir por algo más ligero. No hace falta tirar la casa por la ventana, lo más importante es estar juntos y pasarlo bien, da igual si es con langosta que con pollo asado o una pizza especial.

- Los grandes regalos se pueden sustituir por pequeños detalles elegidos (o hechos por nosotros mismos) con cariño. El intercambio de presentes solo es un símbolo. El regalo de verdad es estar con nuestros padres, nuestra familia...

- El hueco que han dejado los seres queridos que nos faltan no lo vamos a poder llenar, pero sí podemos recordar con alegría los momentos vividos con ellos, agradecer los años que hemos compartido y brindar por ellos. Así los mantendremos presentes.

Y claro, todo esto es la teoría. La práctica todos sabemos que es mucho más difícil.;)

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