Muy sorprendida con el descubrimiento de esta historia que me ha llegado a través de la recomendación de una clienta de la librería.
Me gusta mucho conocer nuevos autores e intercambiar opiniones sobre libros con nuestros clientes lectores, porque muchas veces termino llevándome sorpresitas como ésta.
Me ha resultado muy interesante su lectura no solo por el tema que trata sino también por el reflejo de la vida rural y de muchas costumbres de los pueblos de la montaña leonesa. Independientemente de si eres de esa zona o no la conoces, el autor sabe transmitir su amor por esta tierra, sus gentes, su cultura y su historia.
En el libro se entrelazan dos historias: una que transcurre en los primeros años de la posguerra civil, y tiene como protagonista a El Montaraz, un joven que se une a un grupo de maquis , y otra historia que transcurre en la actualidad, en un pueblo de la montaña leonesa donde otro joven ganadero, Marquitos, encuentra por casualidad el esqueleto de aquel guerrillero.
Ambas historias se narran en paralelo alternando capítulos del presente y el pasado, manteniendo un nivel constante de interés en la lectura. Las aventuras y desventuras que irá viviendo El Montarzaz nos harán testigos de la triste y dura realidad de la represión franquista sobre la población republicana, y la resistencia armada de aquellos a los que no les quedó otra opción que "tirarse el monte".
Por otra parte, la vida de Marquitos y su padre se complica de forma inesperada viéndose ambos involucrados sin comerlo ni beberlo en una serie de muertes que ocurren en el pueblo en un corto periodo de tiempo.
Historia e intriga se combinan a la perfección en este libro de personajes entrañables que recordaré por mucho tiempo.
Si alguna pega le puedo poner, aunque es del todo perdonable, son los errores tipográficos que salpican el texto. Este detalle se da con bastante frecuencia en los libros publicados por editoriales de autoedición, como lo es Atlantis, y aunque no es algo que entorpezca la narración, a mí me chirría siempre bastante y no me gusta encontrarlos. Pero supongo que todo es cuestión de presupuesto, y hasta cierto punto es entendible, aunque es una pena.
Y para finalizar, porque no puedo callármelo, está el tema de la portada. El diseño gráfico no es el más acertado a mi entender. Y aunque "nunca juzgues a un libro por su portada" es un dicho bien cierto la mayor parte de las veces (para bien y para mal), sigo pensando que hasta los libros nos entran por los ojos.
El autor
Miguel Ángel Ambrosio
Periodista y guionista bilbaíno, trabaja desde 1997 en diversas cadenas de televisión. Durante nueve años ha sido redactor de informativos en Antena 3, Telecinco y La Sexta. También ha trabajado como productor en programas de actualidad como “España Directo”, de Televisión Española, y como guionista en programas de humor como “Vaya Semanita”, de Euskal Telebista. En su primera incursión literaria Ambrosio ganó los Premios Atlantis Isla de Las Letras en su III Edición a la mejor Novela Urbana por “Cartucho” (2011). Es también autor de “Sangre, sudor y audiencias” (2013).
Miguel Ángel Ambrosio
Periodista y guionista bilbaíno, trabaja desde 1997 en diversas cadenas de televisión. Durante nueve años ha sido redactor de informativos en Antena 3, Telecinco y La Sexta. También ha trabajado como productor en programas de actualidad como “España Directo”, de Televisión Española, y como guionista en programas de humor como “Vaya Semanita”, de Euskal Telebista. En su primera incursión literaria Ambrosio ganó los Premios Atlantis Isla de Las Letras en su III Edición a la mejor Novela Urbana por “Cartucho” (2011). Es también autor de “Sangre, sudor y audiencias” (2013).
Sinopsis
El hallazgo del esqueleto de un hombre muerto hace 70 años, que porta en su zurrón un cuadernillo en el que cuenta su último año de vida, dará lugar a una intrigante sucesión de muertes de varones pertenecientes una misma familia.
Al mismo tiempo, con la lectura de esa biografía conoceremos de primera mano la historia de unos hombres que para sobrevivir se echaron a la montaña y que murieron en ella. Hombres que vivieron un momento negro de España y que a la fuerza se convirtieron en guerrilleros muriendo como tales. Además de milicianos, fueron padres, hermanos, hijos y amigos. Solidarios y crueles al mismo tiempo. Hombres, en definitiva, imperfectos. Hombres libres en una época en la que la libertad valía más que el oro.
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